Los rellenos dérmicos son tratamientos estéticos no quirúrgicos que consisten en la inyección, en centros de belleza especializados y realizados por profesionales, de sustancias que, bajo la piel, están pensadas para restaurar volumen, suavizar arrugas, mejorar la estructura facial y rejuvenecer el rostro.
Estos procedimientos de cirugía estética fuera de quirófano son muy populares debido a su capacidad para ofrecer resultados inmediatos y naturales con un tiempo de recuperación mínimo y con productos que han demostrado ser altamente eficaces como el ácido hialurónico, el colágeno o la hidroxiapatita cálcica
Se aplica anestesia local en forma de crema para minimizar molestias y buscan:
- Reducir arrugas y líneas de expresión: Principalmente en áreas como el surco nasogeniano, las líneas de marioneta y el entrecejo.
- Aumentar volumen: En labios, pómulos, mentón o incluso para corregir asimetrías faciales.
- Mejorar la definición facial: Como el contorno mandibular o la nariz (rinomodelación sin cirugía).
- Rejuvenecer la piel: Al hidratarla desde el interior y estimular el colágeno natural.
“Es un tratamiento que recomendamos a quienes buscan evitar las cirugías pero que quieren mejorar el aspecto de su piel, quienes buscan corregir pequeñas imperfecciones faciales o pérdidas de volumen por el paso del tiempo y aquellos que buscan tratamientos que mejoren no solo la hidratación sino la textura de su epidermis” explican desde Clínica Bel Sante.
Sin embargo, no se recomienda en casos de mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, quienes tengan algún tipo de alergia a los componentes que se infiltrarían o quienes tengan algún tipo de lesión o infección en la zona a tratar.
Consejos para después de su aplicación
Los especialistas sugieren seguir estas recomendaciones tras el procedimiento:
- Evitar masajear la zona tratada durante las primeras 24 horas para prevenir el desplazamiento del material inyectado.
- No exponerse al sol, calor extremo o frío intenso durante los primeros días para evitar inflamaciones.
- No realizar ejercicio físico intenso en las 48 horas siguientes.
- Aplicar frío local si hay inflamación o enrojecimiento.
- Hidratarse adecuadamente y evitar el consumo de alcohol el mismo día del procedimiento.
- Acudir a una revisión médica para asegurar que el resultado es el esperado y no hay complicaciones.