El Mindfulness Zen es una creación de Lluís Nansen Salas desde Barna. En los cursos por él diseñados, a partir de su larga experiencia en la práctica del Zen, se fusionan las enseñanzas de atención plena del Buda, Mindfulness, la práctica de la meditación zen, el zazen, con los últimos descubrimientos en física cuántica, neurología, inteligencia emocional, y flow, el fluir de la consciencia.
La atención plena, el mindfulness, ha formado parte de la práctica budista, si bien ha sido últimamente que se han descubierto los beneficios de esta práctica milenaria. Merced a esto el mindfulness se ha transformado en uno de los métodos naturales más extendidos para reducir el agobio, la ansiedad, y otros desequilibrios del cuerpo y la psique.
La práctica del mindfulness desarrollada en un entrenamiento de varias semanas ha conseguido resultados a nivel científico medibles. Eso ha despertado el interés de la comunidad científica y ha desencadenado una avalancha de nuevas investigaciones en la materia. Los líderes budistas aplauden esta iniciativa, y se alegran de que estas prácticas puedan favorecer a todos y cada uno de los seres.
Pero maestros budistas tienen reparos en en de qué forma se están universalizando esas prácticas. Con la simplificación que se ha realizado con tal de hacerla accesible a todo el mundo, se han soslayado elementos que le conferían una efectividad todavía mayor. De forma especial, sugieren que el voluntarismo requerido para conducir esta práctica con una
atención forzada continua, aunque es cierto que otorga un rápido desarrollo en un plazo corto de tiempo, en un largo plazo, cuando el ahínco y energía que requiere el voluntarismo se agotan, resulta poco a poco más bastante difícil sostener la atención plena.
Pero es todavía más relevante el hecho de que la presencia continua de la intención complica el poder llegar a la raíz del sufrimiento. Entendemos por sufrimiento el agobio, los miedos, los deseos apremiantes, las preocupaciones obsesivas, etcétera La práctica de la atención intencional es una buena base, como se ha probado, para empezar a tomar consciencia de nuestro ser, reducir esos géneros de sufrimiento y aumentar nuestra calidad de vida. Pero desde el budismo zen se asegura que podemos ir más lejos todavía, si ampliamos la mindfulness intencional con la mindfulness no intencional. Eso es justamente lo que ha impulsado la creación de los Mindfulness Zen Barcelona.
El Mindfulness Zen Barna coge el relevo de esta primera oleada de mindfulness, para ir más allá. Y lo hace ahondando en exactamente la misma tradición zen, en la práctica de la atención no intencional, mushotoku, que permite que nuestra mente cambie su forma de marchar ordinaria. La presencia continua de la intención, enseña el mismo Buda, hace que nuestra psique se encadene a un ciclo vicioso de producción de sufrimiento, debido a un apego compulsivo al ego.
La meditación Zen, que se conoce como zazen, es la piedra angular de esta práctica, porque es una meditación sentada que induce una activa entre el cuerpo y la psique, que lleva a la psique a funcionar de una manera no dualista, aceptando todo cuanto aparece en la consciencia sin juzgar, y dejándolo desaparecer sin pretensión, sin quedarse en el pensamiento ni en el no pensamiento.
Es una dinámica en la que no podemos entrar con nuestra voluntad intención, pues es exactamente la voluntad pretensión lo que nos distancia de ella. Desde la no pretensión, entramos en una manera de funcionar que no crea separación entre yo y los otros, y nos hace sentir en comunión con el planeta entero. En el zen se cree que esa es de marchar original de la psique, de funcionar de antes del nacimiento, en el bebé se produzca la separación entre el yo y el planeta.
Cuando entramos en esa forma de marchar original, rompemos los ciclos viciosos de nuestra mente que son los autores del sufrimiento. Eso no impide que después volvamos a de funcionar ordinaria, dual y discriminativa. Una vez efectuada esta actualización momentánea de nuestra mente original, una sabiduría intuitiva y directa, prajna, emerge abruptamente, y nos muestra las cosas tal como son, en su misma naturaleza.
Así es como Mindfulness Zen nos empuja un paso más allí. Y lo logra desde la meditación zen, que acumula la joya de la no intención, la de una psique que fluye sin quedarse estancada en nada. Después, hagamos lo que hagamos, ya sea trabajar en una oficina, cuidar a otras personas, disfrutar de nuestro tiempo libre, podemos ser uno con la acción, disfrutar y fluir con ella. El zen es una vía de acción.
Aplicar el Mindfulness Zen a la vida rutinaria se transforma en un paso natural y también inmediato. Aparte de aplicar la atención intencionada que las circunstancias lo requieran, la atención basada en la no intención, inducida por la práctica de zazen, nos acompaña en cualquier circunstancia, y cuando la psique original se actualiza, podemos ver de forma directa la naturaleza de las cosas, y de esta manera cortar de raíz el sufrimiento.
Más información: http://zenkaon.org/
